Es muy normal, hoy día, que en las consultas médicas o psicológicas los pacientes se refieran a diversos síntomas que
suelen conjugarse entre sí y conformar un estado de enfermedad indefinido y extraño.
Síntomas tales como: cansancio físico y psíquico, dolores que aparecen y desaparecen, inflamaciones, trastornos nerviosos, cardiovasculares, oculares, auditivos y muchos otros más. Estos síntomas, por lo
general, son caratulados como psicológicos, nerviosos o psicosomáticos, sin que muchas veces sea esta la realidad del problema.
Si tenemos en cuenta, que la salud física, depende del sistema energético, es posible establecer que toda enfermedad
se inicia desde una alteración en dicho plano.
Hoy día, está sumamente probado el hecho científico que las células que componen cualquier organismo viviente tienen
una determinada vibración o frecuencia, la cual es equilibrada o armónica en su estado original, y que cuando la misma sufre
una alteración por cualquier causa, se da inicio a un proceso denominado enfermedad. Siendo por esta razón justificable que
en la mayoría de los estudios médicos que se realicen en esta fase temprana sólo aparezcan resultados normales.
En estos casos, no debemos dejar de lado una búsqueda energética para averiguar cuales fueron los elementos que produjeron
tal alteración, puesto que puede ser por un proceso propio de la persona o por la influencia de un factor externo.
Dentro de los factores propios, es necesario tener en cuenta los elementos emocionales más básicos como son el odio,
la envidia, los celos, el rencor, el resentimiento, la duda, el miedo, etc., los cuales, aunque parecieran ser simples emociones,
son generadores de inmensos caudales de energía dentro del ser.
Si,
por otro lado, analizamos los factores externos vemos, por un lado, que una parte provienen de los mismos sentimientos emocionales
pero generados por terceras personas. No debemos dejar de lado tampoco, todo
tipo de “agresiones” energéticas dadas por formas de onda destructivas, que provocan grandes alteraciones de la
polaridad básica celular. Por último, habremos de considerar la posibilidad de procesos “esotéricos” denominados
como “daños ó ataques energético-mágicos”, los que resultan potencialmente muy peligrosos y destructivos.
Hoy no debemos temer, ni dudar, prácticamente todas las alteraciones energéticas son
reversibles.