Hechizos y Brujerías
A lo largo de tantos años de práctica profesional, nos
hemos encontrado con una inmensa cantidad de pacientes (o clientes, como prefiera llamárseles), que concurren a la consulta
parapsicológica con motivos tales como: “trabajos, hechizos, brujerías…”
En ocasiones
buscando deshacerse de ellos, y en otros casos, intentando que estas cosas sean producidas o realizadas, tanto en beneficio
como para desgracia, hacia sí mismos, terceros, empresas, etc.
Como
dice el refrán popular: “las brujas no existen!!!…pero, que las hay, ¡¡¡las hay!!!”. Y nadie duda de ello.
Ante
la pregunta habitual que nos plantean ¿es posible que alguien pueda afectar a otra persona utilizando técnicas esotéricas,
oscuras, mágicas? ¿la magia existe?¿funciona?
Nuestra
experiencia nos dice que si, que es una práctica nacida en los inicios de los tiempos, desde que el hombre apareció en el
mundo, aún antes de desarrollar el primer lenguaje, desde la adoración del fuego, los rayos y los grandes animales a los cuales
buscaba imitar para conseguir sus características y sobrevivir en un ambiente tan hostil. Y, si las prácticas así iniciadas,
han continuado sucediendo y trascendiendo los tiempos, más allá de la historia, más allá de las diversas tradiciones, más
allá de la evolución de la técnica científica, y aún más allá de la evolución espiritual del hombre, no hay ninguna duda que
deben brindar algún tipo de eficacia real y efectiva.
¿Quién
de nosotros no ha visto alguna vez a un chiquillo que se quejaba molesto, lloriqueando, que no se dormía en brazos de su madre,
que no deseaba comer o lo hacía a disgusto? De pronto, una tía se aproximaba y decía:”A este niño lo han ´ojeado´!”.
Y alguien procedía a curarlo por medio de cualquiera de los métodos populares, al rato, la criatura dormía cual angelito.
Así
como lo vemos, resulta algo muy sutil, muy inocente, y realmente lo es, en este caso. El “inconveniente”, seguramente
fue resultado de la descarga inconsciente de las energías negativas de alguna persona, y nada hubo de intención para que el
niño sufriera. Pero, si esto es inconsciente, y producido por cualquier persona, acaso no habría que preguntarse: ¿Y, si alguien
con conocimientos y entrenamiento adecuado, con motivación o pago, con elementos ceremoniales, en solitario o en grupo, que
tanto puede llegar a afectar a un destinatario?
Cuando
hablamos de “armonización”, nos referimos a la corrección de factores o energías que no actúan como debieran hacerlo,
sin embargo, quien está modificando un estado energético en un sentido bien puede hacerlo en otro sentido y, en vez de estabilizar
las vibraciones también puede desestabilizarlas.
Por
todo esto, más allá de la creencia o no en las brujas, sepamos que muchas cosas se producen por sí solas, y otras son obra
de quienes saben o no lo que hacen, y se pueden revertir.
Ante
la menor duda, consulte al especialista y viva mejor.